28-01-09
Desvío
Jamás mate un hombre,
pero ando exiliado del cielo azul.
En las noches de memoria, regresa su perfume.
Y a mi derecha siempre el sur,
un lugar frio
Ideal para los desolados…
Sin embargo mis dedos enrojecidos
Hundidos en escarcha se alivian
Quizás porque reconozco su aridez y antipática
Y me identifica su altivez a la luz…
Los ojos empañados nunca lloran
Ni dan respuesta sobre los caminos a tomar
Deambulan desolados y consientes,
con sus dedos entumecidos
y el perfume de su cabello impregnando el camino…
Siempre conviene entonces desviar a la derecha,
donde queda el sur.
Allá solo huele a nieve, el olor del olvido.
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